He perdido un medicamento que necesito. ¿Qué puedo hacer?

Tanto si ha perdido un medicamento que necesitaba, como si no ha recogido un medicamento en concreto, por tener suficientes pastillas en casa, puede acudir a su centro de salud para que le hagan una receta duplicada. Es la manera más sencilla de evitar tener que imprimir un nuevo código.

¿Siempre he de recoger los medicamentos en la misma farmacia?

Con la receta electrónica puede acudir a cualquier farmacia de Catalunya para coger sus recetas crónicas.
El hecho de acudir a una en concreto, no impide que, en las siguientes entregas, podamos acudir a la que creamos conveniente; siempre, eso sí, dentro de la comunidad.

Los estupefacientes (morfina y derivados), ¿los puedo retirar sin la receta especial?

De momento, no.

Medicamentos que necesitan validación: ¿Los puedo retirar inmediatamente?

Los medicamentos que requieren validación sanitaria están disponibles en la oficina de farmacia en un plazo máximo de 48 horas. La causa es que hemos de dejar tiempo a la persona validadora del centro de referencia para que pueda realizar la gestión.

¿Desaparecen por completo las recetas tradicionales en papel?

No. En alguna situación, como por ejemplo, en las visitas domiciliarias, o bien ante la imposibilidad de hacer la receta por problemas informáticos, volveríamos temporal y parcialmente, a la receta tradicional.

¿Qué es importante que le explique al médico de cabecera sobre su medicación?

Indíquele siempre si hay algún medicamento que no toma o no necesita.
También, si otro médico le ha efectuado algún cambio en la medicación que no consta en el plan que le han dado.

¿Para cuánto tiempo es válido el código del plan de medicación?

El código que va inserto en la parte superior derecha de la receta electrónica tiene una validez, siempre que no se imprima una hoja nueva, de un año.
Puede consultar la fecha límite en la casilla "Fin de vigencia".

En casa me he juntado con varias hojas de medicamentos. ¿Cómo sé cuál es la válida?

La válida siempre será la más reciente.
Cada vez que nuestro médico nos imprime una hoja con un código, ésta invalida todos los códigos anteriormente impresos.

Y si vamos a otra comunidad, ¿podremos utilizar allí nuestra receta electrónica?

De momento, no. Y eso pese a que ha sido uno de los principales talones de Aquiles desde el inicio del proyecto: El hecho de no poder utilizar nuestra hoja de prescripción en otras comunidades.
De todas formas, al menos en los círculos en que nos hemos formado aquellos que estamos implicados en el proyecto, sí se dice que, en un futuro no demasiado lejano, todas las Comunidades Autónomas tendrán una base de datos común, de forma que alguien que vaya de vacaciones a otro lugar del país, pueda acudir al médico si lo precisa, y éste pueda conocer su medicación crónica y prescribírsela. Y los pacientes no tendrán que padecer la odisea que supone retirar una receta que han de tomar sí o sí, en la farmacia de una región que no es donde están empadronados.

¿Por qué no se hace automáticamente el paso de receta normal a electrónica?

Una pregunta que surgirá, seguramente, entre los profesionales de la salud y muchos de los pacientes que acuden a los centros de Atención Primaria a recoger su medicación crónica será la siguiente: ¿Por qué, dado que igualmente ha de realizarse el paso de la prescripción en papel a la receta electrónica, este proceso no se realiza automáticamente? Se ahorraría mucho tiempo, tanto por parte de los trabajadores de la salud, como por parte de las personas que recogen sus medicamentos cada dos meses en el ambulatorio.
La respuesta es sencilla, y a la vez, compleja: Se pretende aprovechar este "megaproceso" para llevar a cabo lo que se denomina una racionalización del tratamiento. Bajo este concepto tan abstracto no se esconde otra cosa que la intención de comprobar qué se toma el paciente, cómo se lo toma, y retirar aquellos medicamentos que, ya sea a instancias del sanitario (porque piense que no tiene sentido que el paciente siga tomándolos) o por parte del propio beneficiado (no quiere seguir medicándose si no es imprescindible) debieran dejar de formar parte de su plan terapéutico.
Se sabe, por múltiples estudios, que el denominado incumplimiento terapéutico (esto es dejar de tomar aquellos medicamentos que el paciente tiene prescritos, o bien no tomarlos de la manera correcta) es, en muchos casos, superior al 50%. Ahí es nada: Es tanto como decir que uno de cada dos pacientes con medicación crónica pasa del tratamiento; o bien, que de cada dos medicamentos que una persona ha de tomar diariamente, sólo respeta uno de ellos. Casi nada.
En este contexto, el paso de receta en papel (tradicional) a receta electrónica (código de barras) ha de suponer una pretexto perfecto para dejar al paciente, únicamente, con aquello que necesita, y realizar los cambios oportunos para darle lo mejor para él, al mejor precio (genéricos incluidos). Y esto requiere realizar el proceso de cambio de manera lenta y concienzuda. Y, evidentemente, pactando con el paciente todo aquello que tenga que ver con su salud.

Medicamentos que no se toman cada día durante todo el año

No a todas las personas que tienen pautados analgésicos de forma crónica les duele con la misma intensidad todos los días esa parte del cuerpo. En los casos de dolor de rodillas, lumbares, cervicales..., el dolor suele agravarse en épocas de frío, o cuando la persona realiza más actividad de la cuenta.
Esto comporta que no tenga demasiado sentido dejarle pautado un número de comprimidos al día, durante todo el año, sin modificación posible de pauta.
Para esta situación existe una opción dentro de la receta electrónica: Los llamados "Medicamentos si cal". Su médico le preguntará, por término medio, cuántos envases del medicamento en cuestión necesita al año, y se los dejará disponibles en la farmacia. Usted sólo podrá retirar una caja cada vez que lo desee, en lugar de todas de golpe como se hacía hasta ahora. Así, siempre tendrá en la farmacia la medicación que necesita, y no acumulará cajas en épocas del año en que no la necesita.
Otro ejemplo de enfermedad que puede beneficiarse de este recurso es la psoriasis, o las enfermedades eccematosas, que acontecen, predominantemente, en una época concreta del año.
Las rinitis alérgicas estacionales también son susceptibles de la aplicación de esta medida.

Casos especiales: Paciente que no quiere que su farmacéutico sepa que toma algún medicamento en concreto

Supongamos una situación nada descabellada: Una persona que tiene una serie de medicamentos crónicos, que toma habitualmente, y, de pronto, necesita que le sea prescrito un medicamento durante un tiempo (semanas o meses). Imaginemos que este medicamento lo tomará o se lo aplicará por algo tan personal como una enfermedad de transmisión sexual, o bien por ser portador del virus de la inmunodeficiencia humana, por ejemplo.
Conoce de toda la vida al farmacéutico, y no quiere que éste se entere de dicho medicamento. No le importa que sepa que toma lo demás (su medicación para la hipertensión, o para el colesterol, por ejemplo), pero no quiere que averigüe que el paciente tiene una enfermedad, por así llamarla, vergonzante para él (la sociedad aún tiene estos prejuicios, aunque afortunadamente, cada vez menos).
La receta electrónica contempla esta opción. Su médico puede extraerle un folleto con toda la medicación crónica, para que pueda ir a su farmacia habitual; y otro folleto con la medicación problemática, para que pueda acudir a retirarla a una farmacia alejada de su lugar de origen.

¿Todo se puede recetar electrónicamente?

No. No puede hacerse receta electrónica ni de fórmulas magistrales, ni de productos no catalogados.
Respecto a los opiáceos, todavía no está resulta esta cuestión. Aún deberemos, aparte de hacer la receta electrónica (que equivaldría a la receta roja o verde, según el paciente), rellenar la receta de opiáceos.
Pero los que saben de todo esto están en ello. Quizás en breve...

¿Todos los pacientes podrán beneficiarse de la receta electrónica?

No todos. Únicamente aquellos que pertenezcan al sistema sanitario de nuestra Comunidad Autónoma. Así, los desplazados o los que no tienen tarjeta sanitaria, no podrán beneficiarse de esta medida. Evidentemente, serán atendidos como siempre; pero no se les podrá hacer receta electrónica.

¿Sólo sirve para la medicación crónica?

Pese a que, indudablemente, su aplicación principal es la medicación que el paciente toma cada día por tiempo indefinido, también existe la posibilidad de recetar medicación por procesos agudos mediante receta electrónica. Así, no nos ha de extrañar que nuestro médico nos dé un folio con un código de barras cuando vayamos al centro de salud por un catarro de vías altas, una diarrea, o un dolor de corta duración, por ejemplo.

¿Y si pierdo la hoja?

Cuando todo el proceso esté en marcha (en breve), podremos acudir a los centros de Atención Primaria a recoger una nueva copia.
Esta copia la podrán hacer, siempre que no hayan cambios de medicación, tanto los administrativos, como enfermeros como médicos.
Si hay cambios en la medicación (es decir, si un especialista nos ha dado algo nuevo, o nos ha cambiado la dosis), la hoja sólo podrá hacerla el médico que tenemos asignado.

¿Puedo ir a cualquier farmacia?

Si bien durante estos días de prueba no todas las farmacias dispensan la medicación de esta manera (la verdad es que estamos encontrando muy pocos problemas en este sentido), a partir del día 11 de noviembre de 2009, en que comenzará el proceso de manera generalizada, podremos acudir a cualquier farmacia de Catalunya a recoger nuestra medicación.
Se nos pedirá, evidentemente, que llevemos, además de la hoja impresa, nuestra cartilla sanitaria.

¿He de llevar algún documento a la farmacia, junto a la receta electrónica?

El paciente que quiera utilizar la receta electrónica deberá ir a la farmacia con su tarjeta sanitaria, además de, evidentemente, con el folio con el código de barras que le entregó su médico.

¿Ya no tendré que acudir al centro para coger mis recetas crónicas?

Una de las ventajas que comporta la receta electrónica es el hecho de no tener que ir a los centros de Atención Primaria cada dos meses para recoger las recetas crónicas que cada paciente tiene prescritas.
Así, mientras no cambie el plan de medicación (mientras no se introduzca un nuevo medicamento crónico, o se cambie la pauta de alguno de los que ya toma el paciente), no es necesario hacer una nueva receta electrónica, y podremos ir a la farmacia a recoger nuestras medicinas una vez al mes.
Por ello es importante no perder el folio que nos entrega nuestro médico.

¿Qué es la receta electrónica?

En esencia, se trata de un proyecto que hará más cómodo el proceso de prescribir un medicamento de manera crónica.
A la práctica, se trata de un folio en el que hay:
- Un código de barras, colocado en la parte superior derecha. Este código permite saber a la farmacia qué ha de dispensar.
- Junto al código de barras, y ocupando la mayor parte del folio impreso, se describen los medicamentos que el paciente toma, la pauta que ha de seguir a la hora de tomarlos, quién se los ha prescrito, y cuándo caduca el permiso actual. Esta parte, que parecería prescindible, es lo que se denomina "Plan de medicación", y es un derecho que tiene el paciente a conocer qué toma, y por qué.