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domingo, 8 de noviembre de 2009

¿Por qué no se hace automáticamente el paso de receta normal a electrónica?

Una pregunta que surgirá, seguramente, entre los profesionales de la salud y muchos de los pacientes que acuden a los centros de Atención Primaria a recoger su medicación crónica será la siguiente: ¿Por qué, dado que igualmente ha de realizarse el paso de la prescripción en papel a la receta electrónica, este proceso no se realiza automáticamente? Se ahorraría mucho tiempo, tanto por parte de los trabajadores de la salud, como por parte de las personas que recogen sus medicamentos cada dos meses en el ambulatorio.
La respuesta es sencilla, y a la vez, compleja: Se pretende aprovechar este "megaproceso" para llevar a cabo lo que se denomina una racionalización del tratamiento. Bajo este concepto tan abstracto no se esconde otra cosa que la intención de comprobar qué se toma el paciente, cómo se lo toma, y retirar aquellos medicamentos que, ya sea a instancias del sanitario (porque piense que no tiene sentido que el paciente siga tomándolos) o por parte del propio beneficiado (no quiere seguir medicándose si no es imprescindible) debieran dejar de formar parte de su plan terapéutico.
Se sabe, por múltiples estudios, que el denominado incumplimiento terapéutico (esto es dejar de tomar aquellos medicamentos que el paciente tiene prescritos, o bien no tomarlos de la manera correcta) es, en muchos casos, superior al 50%. Ahí es nada: Es tanto como decir que uno de cada dos pacientes con medicación crónica pasa del tratamiento; o bien, que de cada dos medicamentos que una persona ha de tomar diariamente, sólo respeta uno de ellos. Casi nada.
En este contexto, el paso de receta en papel (tradicional) a receta electrónica (código de barras) ha de suponer una pretexto perfecto para dejar al paciente, únicamente, con aquello que necesita, y realizar los cambios oportunos para darle lo mejor para él, al mejor precio (genéricos incluidos). Y esto requiere realizar el proceso de cambio de manera lenta y concienzuda. Y, evidentemente, pactando con el paciente todo aquello que tenga que ver con su salud.

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